Truco para que las berenjenas no chupen tanto aceite al freír

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Cómo freír las berenjenas para que no chupen aceite

La primera cuestión es dominar el arte de la fritura, que tan bien conocen en Andalucía. Se trata de freir los productos en aceite muy caliente, y en pequeñas tandas para que no caiga la temperatura. Hasta ahí, lo tenía claro, y también sabía que es conveniente enharinar ligeramente las piezas, como cuando vamos a freír pescado, sin utilizar huevo.

Sin embargo, la fritura no es el truco más importante para conseguir que las berenjenas queden crujientes por fuera y jugosas por dentro, y sobre todo, no es el truco fundamental para que no chupen aceite. Según me contaron en Córdoba, hay tres técnicas que funcionan.

• Dar un baño a las berenjenas en leche. Después de cortarlas en rodajas o en palitos, dejar las berenjenas en leche durante unos 15 a 20 minutos antes de freírlas. Mi experiencia es que este truco funciona relativamente, porque aunque las berenjenas quedan mejor que sin ese remojado, siguen quedando algo aceitosas.
• Dar un baño a las berenjenas en gaseosa. La inmersión en un plato con gaseosa parece crear un bloqueo para el aceite. no sé si es por carbónico de la gaseosa pero las berenjenas quedan crujientes por fuera y nada aceitosas. El inconveniente es que la gaseosa es muy dulce y a mi gusto no funciona por el contraste con el amargo de la berenjena.
• Dar un baño a las berenjenas en cerveza. Este es sin duda el mejor método tras las pruebas empíricas realizadas, así que os lo cuento con detalle y fotos.

Truco para que las berenjenas no chupen tanto aceite al freír

Cortamos las berenjenas de la forma que más nos gusten. En rodajas perpendiculares, en rodajas longitudinales o como más me gustan, en palitos o bastones como las patatas fritas. Después, como veis en las imágenes, las colocamos en un plato hondo y las cubrimos de cerveza durante unos 20 minutos.

La acción del carbónico de la cerveza hace el mismo efecto que la gaseosa, pero el toque amargo del lúpulo le va muy bien a las berenjenas que también tienen cierto amargo propio. Pasado ese tiempo, las sacamos del plato y las dejamos sobre un paño de cocina para quitar el exceso de humedad.

Después, sin secarlas del todo, las espolvoreamos con sal y las pasamos por harina. Retiramos el sobrante de harina haciéndolas saltar sobre un colador y las freímos en aceite muy caliente en grupos de 20 palitos aproximadamente, sacándolos a un papel absorbente en cuanto empiecen a tomar un ligero color tostado.

Tiempo de elaboración | 25 minutos
Dificultad | Muy fácil

Degustación

Lo mejor de este truco de cocina es que las berenjenas quedan bien crujientes en su exterior y jugosas por dentro por lo que resultan excelentes como aperitivo o como guarnición. Si las acompañas de un poco de miel de caña, quedan perfectas. Ya veréis como a partir de ahora os van a gustar mucho más las berenjenas.